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Ver para Crecer ha llevado a cabo, en las instalaciones del Hospital San Juan de Dios en Pamplona, una nueva acción sobre el terreno. Apoyados por profesionales y voluntarios, tanto del propio hospital como de Ver para Crecer, cuatro ópticos-optometristas de la Comunidad Foral de Navarra han revisado la visión de cerca de noventa personas en situación de vulnerabilidad de todas las edades. De ellas, más de sesenta, según las revisiones de los profesionales de la salud visual, van a necesitar gafas.

En cuanto las nuevas lentes estén preparadas, exprofeso para cada una de las personas con problemas visuales, se les entregarán en el Hospital San Juan de Dios.

Se trata de una iniciativa que el proyecto Ver para Crecer, alentado por la Fundación Cione Ruta de la Luz, con la colaboración de distintos patrocinadores, convoca desde hace ya unos años de manera periódica en el Hospital San Juan de Dios (HSJD) de Pamplona. El centro facilita las instalaciones y la logística de la acción, y propone a las personas susceptibles de participar en las revisiones.

Estas personas vienen derivadas desde los centros de salud de Pamplona, de las unidades de barrio de los servicios sociales de la ciudad y de otras entidades que trabajan con personas en situación vulnerable. “Sabemos que facilitarles unas gafas que corrijan sus problemas visuales va a mejorar mucho la calidad de vida y el bienestar de los beneficiarios, que, de otra manera, no podrían acceder a una revisión visual, y menos aún a la compra de las gafas. También es importante la labor de prevención que se lleva a cabo”, señala Pilar Huarte, portavoz del HSJD Pamplona.

“Nuestra misión es acercar la salud visual a personas que, por circunstancias, no se la pueden permitir en un momento determinado de sus vidas. Como ópticos, sabemos de la importancia que tiene ver bien en la vida diaria y cómo unas gafas pueden cambiar el día a día de las personas, y especialmente de los niños. Es un placer trabajar con entidades como el Hospital San Juan de Dios, cuya labor humanitaria y capacidad logística, conocemos bien y es encomiable”, señala Cristina López-Mora, responsable del proyecto Ver Para Crecer.

Uno de los beneficiarios ha sido D. G., de 45 años de edad, con un fuerte astigmatismo. “Lo veo todo borroso. Con las gafas nuevas, no tendré que alejar el periódico o el móvil para leerlo. Esta es una acción muy positiva, que ayuda a mucha gente. Ojalá pueda seguir muchos años más”, decía después de la revisión.

Pedro Duc, óptico navarro, cedió ayer su jornada laboral para llevar a cabo la acción. “Es una maravilla cómo nos acoge el Hospital. Hacen una labor previa fantástica. Gracias a ella, podemos trabajar”, señalaba.

A Duc, los casos que más ternura le inspiran son los de “los ‘abuelicos’ y los niños”. En cada una de estas acciones se dan casos de personas mayores que se manejan sin gafas, pero que cuando se las ponen, se sorprenden de lo bien que ven.

Concretamente ayer, el óptico graduó a una niña de 16 años, “sin muchas dioptrías, pero con fuertes dolores de cabeza provocados por una visión deficiente”. Cuando se puso las gafas de prueba, “se le han saltado las lágrimas”.  Los ópticos de Ver para Crecer también revisaron la visión de dos niños autistas, de los que se comprueba la evolución en cada una de estas misiones ópticas. “Cuando se produce el reencuentro, su madre nos expresa, de corazón, su agradecimiento”, termina Duc.

Por su parte, Jesús Ibaibarriaga explica que las sensaciones durante estos eventos son muy intensas. “Colaborando con «Ver para Crecer» eres consciente de la gran cantidad de personas que tienen necesidades visuales y que, lamentablemente, no cuentan con los recursos necesarios para acceder a unas gafas. Es increíble comprobar que, con un pequeño gesto, se puede mejorar la calidad de vida de estas personas”.

“Este evento no solo subrayó la importancia de la salud visual, sino también la necesidad de continuar apoyando a quienes más lo necesitan. Sin duda, es muy enriquecedor y un privilegio el poder colaborar como optometrista, aportando un poquito de nuestro tiempo. Muchas gracias a los organizadores y empresas que donan material para que la Ruta de la Luz pueda continuar con estos proyectos tan necesarios”, concluye.

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