La salud visual en el escolar y el adolescente

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El Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León (COOCYL) difunde la tercera entrega de su campaña La Salud Visual en las distintas etapas de la vida, dedicada en esta ocasión a los consejos y los cuidados necesarios de la visión de los escolares y adolescentes.

Cuando los niños entran en la escuela, es poco probable que se quejen, por ejemplo, de que no son capaces de descifrar lo que está escrito en la pizarra o de percibir que las palabas de su libro están borrosas.

Pero hay señales de advertencia, y cuanto antes se detecte y se trate un problema de visión en esta etapa, más probable será el éxito del tratamiento:

  • Si se acerca mucho a los libros o a la televisión.
  • Si se distrae al leer o tiene baja comprensión lectora.
  • Si se fatiga cuando está sometido a estímulos visuales.
  • Si tiene una mala escritura manual o se pierde entre líneas en la lectura.
  • Si entorna los ojos para fijarse en detalles lejanos o adopta posiciones de tortícolis cuando lee o hace los deberes.
  • Si acusa visión borrosa, fatiga visual o dolor de cabeza con frecuencia.
  • Si evita hacer deporte o actividades de ocio y tiene bajo rendimiento escolar.

Como indica la vicedecana de COOCYL, Ana Belén Cisneros, “en esta etapa es fundamental una buena visión, porque el niño utiliza su sistema visual para transportar al cerebro la información de lo que ve y convertirlo en lectura tras su interpretación y análisis”.

Una buena visión puede ser clave en el rendimiento escolar

El aprendizaje a través de la lectura es un proceso fundamental para la adquisición de conocimientos; pero un niño que no ve bien no podrá leer y estudiar con comodidad, se distraerá y no le gustará hacer los deberes. Por tanto, padres y profesores deben saber reconocer si el escolar sufre algún tipo de anomalía refractiva.

La miopía, la hipermetropía y el astigmatismo son los principales problemas de visión en edad escolar, aunque también la presencia de algún estrabismo puede dar lugar a un ojo vago –a partir de los 7 u 8 años es más difícil de corregir–, y la insuficiencia de la convergencia puede producir fatiga visual.

No hay que olvidar que cerca del 80% del desarrollo socio-educativo tiene lugar a través de los ojos durante los primeros 12 años de vida

No hay que olvidar que cerca del 80% del desarrollo socio-educativo tiene lugar a través de los ojos durante los primeros 12 años de vida, y en este periodo se producen cambios en la visión que hay que controlar, porque un desequilibro en los parámetros oculares relacionados con la longitud axial y la cámara vítrea pueden estar relacionados con la aparición y el desarrollo de ametropías.

Por ello, es fundamental realizar un examen visual antes de la entrada a la escuela y repetirlo cada año, ya que con unas pruebas sencillas en un establecimiento sanitario de óptica se les puede medir la agudeza visual, la refracción subjetiva para ver si hay algún error refractivo y la evaluación de la visión binocular. En este último caso, diferentes estudios han constatado su asociación con parte de los problemas astenópicos más prevalentes en los niños, como visión borrosa, visión doble, dolor de cabeza y problemas posturales, que vienen dados, en muchas ocasiones, por el uso excesivo del trabajo en visión próxima.

Gafas, lentes de contacto y terapia visual adaptadas a cada caso tras un estudio visual completo y personalizado por parte de un profesional de la visión son soluciones ópticas avaladas científicamente que ayudan a resolver los problemas oculares detectados para asegurar un correcto desarrollo del menor.

La miopía de los adolescentes y el uso de pantallas

Cada vez son más los adolescentes con miopía y, de hecho, la OMS habla que, de seguir así, en el año 2050 la mitad de la población mundial será miope. En la actualidad existen diferentes tratamientos para intentar ralentizar o controlar la progresión de este defecto: gafas y lentes de contacto de desenfoque periférico, lentes Orto-K, que moldean la córnea durante el sueño y permiten una visión nítida durante el día sin utilizar nada, e incluso gotas oculares de atropina, que deben ser prescritas por un oftalmólogo.

Sin olvidar, en ningún caso, recomendar a los escolares que pasen entre 80 y 120 minutos al día al aire libre para prevenir la aparición de esta anomalía refractiva, agravada por el uso habitual de teléfonos móviles, ordenadores y otras pantallas.

Los síntomas que se asocian a estos dispositivos no se deben al propio uso, sino al hecho de que el niño pueda tener una disfunción visual, bien sea refractiva, acomodativa y/o binocular. En realidad, no se producen por leer en un móvil, en una tablet o en un ordenador, sino por el simple hecho de mirar de cerca.

los ópticos-optometristas de Castilla y León quieren transmitir a padres, tutores y educadores la importancia de detectar cuanto antes cualquier anomalía entre los escolares

Por eso es importante que haya una distancia mínima entre la pantalla y los ojos de entre 40 y 50 centímetros, y seguir la regla del 20/20/20 (descansar 20 segundos cada 20 minutos y mirar a 20 pies de distancia, o unos 6 metros), además de incluir una revisión periódica al óptico-optometrista para descartar cualquier problema de visión.

Del mismo modo, y para prevenir problemas visuales de futuro, hay que proteger los ojos de los niños con unas gafas de sol de calidad homologadas, capaces de eliminar el 100% de los rayos UVA, UVB e infrarrojo, y que sean resistentes.

Con todo, los ópticos-optometristas de Castilla y León quieren transmitir a padres, tutores y educadores la importancia de detectar cuanto antes cualquier anomalía entre los escolares y que quienes tengan un problema ocular, lleven siempre bien la graduación de gafas o lentes de contacto, porque una mala visión puede influir en su rendimiento académico.

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