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La Fundación Cione Ruta de la Luz acaba de publicar su memoria anual. En esta edición, además de repasar los proyectos del año 2020, lo hace también con sus primeros 20 años de servicio incondicional a la salud visual en el mundo, desde la cooperación internacional, cumplidos precisamente el año pasado.

En la presentación de la memoria, el presidente de la Fundación Cione Ruta de la Luz, Ismael García Paya, recuerda cómo a pesar de que la institución se ha visto afectada por la pandemia, teniendo que cancelar, casi en su totalidad, los proyectos de actuación internacionales en 2020 y viéndose afectados, igualmente, los proyectos nacionales, supo reinventarse con campañas en ópticas voluntarias, colaborando con entidades locales como Cruz Roja, Cáritas o Asuntos Sociales de ayuntamientos y recibiendo recetas de otros países que han montado las ópticas voluntarias, devolviéndolas a sus orígenes.

“Quiero dar las gracias a todos los voluntarios que han prestado su inestimable colaboración, a todos los proveedores que han aportado monturas, lentes, suministros, al inestimable apoyo de Cione y sus empleados… Y a todos los socios que, a pesar de los malos momentos vividos con la pandemia, han seguido aportando sus cuotas, su grano de arena, que hace imparable nuestra Fundación Cione Ruta de la Luz, señala el presidente.

Pionera en cooperación internacional

En los últimos 20 años, la Ruta de la Luz, Fundación pionera en cooperación internacional en materia de salud visual, ha realizado 70.000 revisiones y entregado 28.000 gafas. Actualmente cuenta con 180 talleres solidarios, 405 socios y colabora con más de 20 ONGs en diferentes proyectos, contando con más de 125 voluntarios. En todo este tiempo ha realizado proyectos internacionales en más de 30 países de todo el mundo.

En la memoria aparecen emocionantes testimonios de ópticos que han acompañado la trayectoria de la Ruta de la Luz a lo largo de estas dos décadas. “Durante estos 20 años, Ruta de la Luz ha evolucionado, se ha centrado en proyectos de menor tamaño, pero que realmente responden a las necesidades de la sociedad en el momento actual”, afirma Rafa Labat, uno de los pioneros. El actual presidente de Cione, Miguel Moragues, también voluntario de la entidad, califica a la Fundación como “una maravillosa aventura desde el momento en que se creó”.

También han aportado sus vivencias personas que trabajan en los proyectos sobre el terreno. Javier Castellano regenta de manera permanente la Óptica Encontro, uno de los primeros proyectos autosuficientes de la Fundación. Su testimonio es impresionante: “Después de estos dos meses inolvidables y únicos, volví a casa. Pero una parte de mí se quedó allí… Me di cuenta que había encontrado mi lugar. Mozambique me había regalado alegría, felicidad y sobre todo, vida… ¡Gracias Ruta, por vuestra disposición, dedicación, apoyo, cariño, solidaridad, amabilidad y buen corazón, pues muchas personas en el mundo ven mejor gracias a vosotros!”. Después de una primera misión, Javier volvió, y atiende ya, de manera permanente, la óptica mozambicana.

Actividad social en el ámbito internacional

Y, por último, también han opinado personas externas a la Fundación, como José Javier Verdasco, delegado territorial de la Fundación La Caixa en Madrid: “El conocimiento del compromiso social de Grupo Cione nos llegó en 2015 a Fundación la Caixa, por su actividad social en el ámbito internacional de la cual fuimos partícipes al inicio de la colaboración. En ese contexto, nos sorprendió gratamente lo fácil que fue reconducir esa colaboración hacia proyectos que se desarrollaran en el ámbito nacional. Es verdad que ambas fundaciones teníamos el interés por trabajar en favor de las personas más vulnerables, especialmente de los menores y sus familias en España. De ahí surgió una colaboración, en nuestro caso a través del programa Caixaproinfancia que dura ya tres años y que además de Madrid, nos ha permitido llegar a muchos menores y familias que necesitaban disponer de unas gafas, en zonas como Canarias, Aragón o Andalucía, a través de las entidades sociales de esos territorios vinculados al programa Caixaproinfancia. Con la pandemia, tuvimos que reformular la colaboración y se pudo llevar a cabo otro tipo de intervención, pero con el mismo éxito”.

Portada del informe
Portada del informe Ruta de la Luz

Aportación de los socios

Como desde el primer momento, la aportación de los socios sigue siendo fundamental en 2021. Hacen falta voluntarios y fondos para que los proyectos salgan adelante. Ser socio de la Fundación Cione Ruta de la Luz cuesta muy poco, solo diez euros al mes. Los socios conocen periódicamente la evolución de los proyectos mediante las comunicaciones periódicas que realiza la ruta. Quien disponga de tiempo, puede unirse a una cadena compartida de trabajo aportando su tiempo y experiencia profesional como óptico voluntario tanto en el proyecto nacional, Ver para Crecer, como en los proyectos internacionales y vivir la experiencia de trabajar directamente con personas en riesgo de exclusión que no tienen recursos para mejorar su salud visual.  Y quien prefiera ayudar en el montaje de las gafas que se entregan posteriormente, puede colaborar con uno de los talleres solidarios de la Fundación.

“Una buena salud visual es fundamental para toda persona, y aún más, para quienes se hallan en situaciones vulnerables ¿Nos ayudas a llegar a más gente?”, concluye el presidente de la Fundación.

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