El 23 de abril, Día del Libro, es una excusa perfecta para renovar los títulos de la mesita de noche o del e-book. Sin embargo, es precisamente en esos momentos de lectura cuando muchas personas notan que las letras se vuelven borrosas, que cada vez necesitan alejar más el libro o el e-book para ver bien el texto e incluso que sufren dolor de cabeza tras fijar la vista durante mucho tiempo.
Estos síntomas están relacionados con la presbicia, un proceso degenerativo natural que afecta a un gran porcentaje de la población a partir de los 40 años, pero al que tardamos mucho tiempo en poner solución.
En concreto, según datos del estudio VER&SE BIEN, elaborado por Essilor España, solo uno de cada cuatro españoles afirma tener presbicia y tenerla corregida. Alargar la revisión y, por tanto, el tratamiento de la presbicia también es algo latente, pues un 26,5% de los que hoy la tienen corregida tardó más de un año en hacerlo.
La principal razón para alargar la revisión tiene un componente emocional. Y es que aquellos que no están seguros de si tienen presbicia afirman en un 50% que el motivo es tener la sensación de estar haciéndose mayor.
El diagnóstico rápido es la mejor solución para poder evitar otros síntomas de la presbicia como son el picor de ojos, el enrojecimiento de los mismos o el dolor de cabeza. “No sirve de nada aguantar y tendemos a hacerlo hasta límites insospechados, no dándole la suficiente importancia al hecho de poder enfocar bien en la realización de nuestra actividad diaria”, afirma Zoraida Marqués, experta en salud visual de Essilor España. “Acudir a revisiones periódicas, una vez al año, nos permite detectar a tiempo otros posibles problemas asociados a la edad que debemos tratar”, añade.
Por este motivo, la mejor solución siempre es visitar al profesional de la salud visual, quien podrá determinar cuál es la solución más adecuada según las necesidades específicas de cada persona. De esta manera, será posible disfrutar en las mejores condiciones de una buena lectura.