La Fundación Punt de Vista ha logrado recaudar más de 5.000€ euros para seguir investigando cómo curar enfermedades de alta prevalencia, como el glaucoma o la demencia, por medio de combinaciones de terapias génicas.
La gala, que se celebró el pasado día 9 de febrero en el Auditorio de Cotxeres de Sants en Barcelona, es una de las más importantes del sur de Europa por la cuantía del premio (20.000 dólares). El objetivo está claro: seguir apoyando a los más de 200.000 afectados en Cataluña y millón en España que padecen baja visión. Es decir, no están considerados como ciegos legales, lo que les impide recibir ayuda de la administración, pero su resto visual es mínimo y, en la mayoría de los casos, irrecuperable.
O eso ocurría hasta hoy. Ahora, gracias al trabajo de investigación de Tasneem Khatib, receptora del Premio Científico POVA2022, tienen esperanzas: las neuronas de nervios ópticos dañados parece que pueden recuperarse, o así lo han demostrado todas las pruebas realizadas en roedores, lo que deja entrever grandes posibilidades en seres humanos.
Este premio, el Point of View Award, que celebra su segunda edición y está considerado el de mayor cuantía del sur de Europa, es muy esperanzador no solo para pacientes aquejados de problemas visuales, sino para aquellos que sufren demencia: “Parece que este tratamiento también permite recuperar la memoria. Consiste en un tratamiento que fomenta la transmisión de nutrientes a las células dañadas, permitiendo así que las células neuronales que unen ojo y cerebro se recuperen y sigan creciendo, mejorando su habilidad de transporte de proteínas”, explica Gabriel Mattioli Aramburu, cofundador de Punt de Vista.
Y añade: “Este es un paso más para todos los profesionales y pacientes aquejados de estas enfermedades, que permite recuperar la ilusión en que un día podrán volver a ver de nuevo. Hay que tener en cuenta que la problemática de estas personas es inmensa y su dependencia les supone un coste que supera los 15.000€ por persona y año”.
“Y no reciben ayuda de la administración, aunque requieren de mucha colaboración para ayudarles a superar y saber gestionar este proceso. Por ejemplo, nosotros ofrecemos programas de acompañamiento de los nuevos afectados por otras personas con la misma condición, como psicólogas con baja visión o ceguera, que hacen que el paciente se sienta más comprendido y acompañado. Ahora, esta nueva posible mejora en su calidad de vida es de suma relevancia social”, concluye Mattioli.