El verano ya está aquí y con él las recomendaciones visuales necesarias del Colexio Oficial de Ópticos Optometristas de Galicia para proteger nuestros ojos del sol y las altas temperaturas.
El Colexio recuerda que las gafas de sol son la primera línea de defensa contra el deslumbramiento del sol y sus dañinos rayos UV. La entidad recomienda el uso de gafas de sol homologadas, es decir, que hayan pasado un control sanitario por parte de un óptico-optometrista y no aconseja su compra en bazares o mercadillos donde se venden falsificaciones sin ningún tipo de registro sanitario.
Explica que las gafas de sol deben disponer de un filtro tipo 3, o incluso tipo 4 en zonas de alta montaña, para la práctica de deportes acuáticos, adaptadas a las características de usuarios de todas las edades, poniendo especial atención en la protección de grupos vulnerables como bebés, niños y adolescentes, tercera edad, mujeres embarazadas y personas que recientemente se hayan sometido a operaciones de cataratas o cirugía refractiva, que pueden ser más sensibles a la luz ultravioleta.
las gafas de sol deben disponer de un filtro tipo 3, o incluso tipo 4 en zonas de alta montaña, para la práctica de deportes acuáticos, adaptadas a las características de usuarios de todas las edades
Además, el Colexio aconseja utilizar gafas polarizadas y envolventes para bloquear la luz más molesta, a la vez que aportan una visión sin reflejos y protegen frente a los rayos ultravioleta. Y para las personas que tienen problemas refractivos, la entidad recomienda utilizar gafas de sol graduadas, completando esta protección con el uso de gorra o sombrero, para que los ojos siempre estén en sombra.
“Es importante extremar la protección de la vista de 12 de la mañana a 5 de la tarde, aunque exista nubosidad, porque parte de la radiación UV traspasa la barrera de nubes, y también si se viaja a la montaña porque la radiación aumenta entre un 10 y un 12 % por cada 1.000 metros de altura, pudiendo producir quemaduras y lesiones en la vista”, apunta la presidenta del Colexio, Esther Amaro.
También el Colexio destaca que la hidratación es clave para protegerse de los efectos adversos del aumento de las temperaturas y las olas de calor en verano reduciendo el riesgo de ojos secos y fatiga visual.
Un estudio argumenta que el aumento de las temperaturas revela una gran amenaza para la salud viual
El Colexio se hace eco de un estudio publicado en la revista Ophthalmic Epidemiology que encontró una asociación entre la temperatura y los problemas de visión. Los hallazgos indican que vivir en regiones con temperaturas anuales promedio de 15,5°C o más puede contribuir a una mayor probabilidad de desarrollar discapacidades visuales, independientemente del estatus económico, la edad, la raza o el nivel educativo.
Esta investigación señala que varios factores pueden explicar esta conexión entre el aumento de la temperatura y la salud visual. Además de las infecciones y la contaminación del aire, el aumento de la luz ultravioleta puede dañar los ojos. La exposición prolongada a los rayos UVA y UVB del sol puede dañar la córnea y causar queratitis, además de aumentar el riesgo de padecer afecciones oculares graves como cataratas y degeneración macular.