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La Navidad está a las puertas y con ella todas las actividades y celebraciones tradicionales de estas fechas. A pesar del ambiente festivo, el Colexio Oficial de Ópticos Optometristas de Galicia (COOG) anima a todas las personas a no olvidarse de su salud visual durante estas semanas, porque descuidar la salud puede acarrear problemas en el organismo, incluidos los ojos. “La subida de la tensión arterial, de los niveles de glucosa en sangre, el tabaquismo o el sedentarismo repercuten negativamente en nuestros ojos”, argumenta la presidenta del Colexio, Esther Amaro.

El Colexio explica que el consumo de grasas, azúcares, alcohol y la falta de actividad física pueden aumentar el riesgo de hipertensión arterial lo que puede provocar visión borrosa en las primeras fases y, si el problema empeora, puede surgir la retinopatía hipertensiva o incluso una inflamación del nervio óptico.

También el Colexio aconseja un consumo moderado de dulces navideños, especialmente en las personas que padecen diabetes. Los ópticos optometristas destacan que, cuando la diabetes no se trata adecuadamente, puede provocar una pérdida grave de visión o incluso ceguera a través de dos afecciones llamadas retinopatía diabética y edema macular diabético. Aunque de menor gravedad, también los profesionales de la visión recuerdan que un mal control de los niveles de glucosa en sangre puede causar cambio de graduación, visión doble, opacidad del cristalino, glaucoma y alteración en la percepción de los colores.

Para compensar los excesos, el Colexio recomienda moderarse en las comidas de los días anteriores a los festejos

El consumo de tabaco es otro de los hábitos que aumenta en Navidad, y sus agentes tóxicos pueden causar la aceleración de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE); daños en el nervio óptico, algo que se conoce como ambliopía del tabaco-alcohol y que ocasiona pérdida de la agudeza visual; aumento de las posibilidades de padecer retinopatía diabética en las personas diabéticas; cataratas, ya que este este problema es un 40 % más frecuente entre los fumadores debido a que los agentes tóxicos provocan la pérdida de transparencia del cristalino; así como ojo seco por el humo del tabaco, incluso en fumadores pasivos.

Para compensar los excesos, el Colexio recomienda moderarse en las comidas de los días anteriores a los festejos, optando por vegetales de hojas verdes (espinacas, col rizada o acelgas); pescado rico en omega-3 (salmón, sardinas, atún) para prevenir sequedad ocular y degeneración macular; frutas cítricas (naranjas, pomelos o mandarinas) ricas en vitamina C para ayudar a prevenir cataratas; zanahorias para enriquecerse de vitamina A esencial para una buena visión; y frutos secos y semillas ricos en omega-3 y vitamina E que pueden ayudar a proteger los ojos de los daños de los radicales libres. Además, la entidad recuerda que es fundamental beber al menos dos litros de agua al día y realizar ejercicio físico, al menos andando una hora al día.

Cuidado visual ante las luces navideñas y el aumento del uso de dispositivos electrónicos durante las vacaciones

En Navidad se tiende a pasar más tiempo en interiores, lo que supone una mayor exposición a la luz artificial, que unido a las luces y adornos brillantes son para el Colexio de Ópticos Optometristas de Galicia elementos que pueden causar fatiga visual y tensión en los ojos.

También es común que las personas pasen largas horas frente a dispositivos electrónicos mientras hacen compras en línea o se mantienen en contacto con sus seres queridos. Esta práctica puede suponer, según el Colexio, una mayor sequedad, irritación o visión borrosa.

Para proteger los ojos de estos excesos y reducir la fatiga visual, el Colexio ofrece una serie de consejos:

  • Parpadea con frecuencia para mantener hidratados los ojos.
  • Descansa tus ojos de las pantallas y luces de Navidad. Toma descansos regulares y mira hacia lo lejos. En el uso de dispositivos electrónicos para cada hora y descansa tus ojos durante al menos 10 minutos; mantén una distancia adecuada de 40-70 centímetros entre los ojos y el dispositivo; ajusta la configuración de la pantalla, en brillo y contraste y habilita el modo de luz nocturna para reducir la exposición a la luz azul; usa lentes con filtro de luz azul.
  • Mantén una distancia adecuada y no mires fijamente las luces navideñas
  • Utiliza luces LED que son más eficientes energéticamente y emiten menos calor que las luces incandescentes. También son menos propensas a causar fatiga visual debido a su menor parpadeo.
  • Usa gafas de sol si se pasa tiempo al aire libre durante el invierno.

Sonajeros de colores, libros táctiles, cubos apilables, puzzles o juegos de mesa, buenas opciones para el desarrollo visual

Los regalos de Papá Noel y los Reyes Magos son otro elemento fundamental de la magia de la Navidad y muchas de las peticiones son tecnológicas, como los videojuegos o las tablets. Aunque es cierto que los videojuegos contribuyen a mejorar la visión periférica, el Colexio de Ópticos Optometristas de Galicia recomienda otros juguetes que estimulen la visión de los niños durante su desarrollo, es decir, la memoria visual, la motilidad ocular –capacidad de seguir con los ojos un objeto en movimiento– y la coordinación entre el ojo y la mano.

Una de las ventajas de los juguetes es, según el Colexio, que permiten detectar problemas visuales en los niños, sobre todo hasta los seis años. Los optometristas explican que estos problemas se identifican cuando el pequeño tiene complicaciones para identificar colores o para coger un objeto porque no ve bien. Además, el Colexio apela a la responsabilidad de los padres y madres para que jueguen con sus hijos y así puedan descubrir si tienen este tipo de problemas. Así, ante cualquiera de estos síntomas, el Colexio indica que los progenitores deben acudir con su hijo al óptico optometrista para que lo examine y determine si sufre algún problema de refracción u otras cuestiones oculares o de cualquier otro tipo por las que debería ser derivado al especialista pertinente.

Durante los primeros meses de vida, los optometristas gallegos explican que los juguetes deben tener colores llamativos y muy vivos, para que el bebé le preste atención cuando se los acerquen a unos 20 centímetros, por ejemplo, los tradicionales sonajeros. A partir del tercer mes, cuando comienza el desarrollo de la coordinación ojo-mano y se estabiliza la visión binocular y cromática, los especialistas destacan que los bebés pueden comenzar a jugar con cubos que se apilan u otros juguetes de formas geométricas.

Una de las ventajas de los juguetes es, según el Colexio, que permiten detectar problemas visuales en los niños, sobre todo hasta los seis años

A medida que crecen, entre los seis y los diez meses, el Colexio explica que empieza la etapa del suelo y el gateo, y es entonces cuando los bebés pueden ver mejor su entorno. En esta etapa, la entidad destaca que es cuando hay que desarrollar su capacidad visual con juguetes como los libros táctiles que estimulan el enfoque de objetos y la percepción de colores.

También durante esta etapa y hasta los tres años, los optometristas indican que los bebés pasan de ver en blanco y negro a captar todas las tonalidades, ya con toda la visión desarrollada. Aconsejan los juguetes con combinaciones de colores y formas, como centros de actividades que ayudarán a captar todas las tonalidades y empezar a distinguirlas.

A partir de los tres años, los ópticos optometristas apuntan que podrán empezar a jugar con puzzles o rompecabezas y juegos de ingenio para estimular mejor la percepción y la memoria visual. Es muy recomendable el Tangram, un sencillo juego que consiste en formar siluetas de figuras a base de piezas geométricas y que le permitirá al niño poner a prueba su creatividad e imaginación al tiempo que analiza formas geométricas, dimensiones y relaciones espaciales. “Es una forma lúdica de mejorar las habilidades sensoriales y motoras ayudando a la visualización, la percepción espacial, la memoria y la atención visual”, argumentan.

Por supuesto, el Colexio gallego incluye en su lista de recomendaciones los clásicos juegos de mesa a partir de los seis años, como el parchís y la oca, que obligan a mover los ojos de forma parecida a como se haría al pasar de una palabra a otra durante la lectura y que constituyen un “excelente entrenamiento visual”. Además, señalan que la agudeza visual cobra una gran importancia en juegos tipo Memory, Dobble o Uno, que además ayudan en el desarrollo de habilidades básicas asociadas a la lectura, las matemáticas y la codificación.

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