El cierre de los colegios ha supuesto una sobrexposición de los más pequeños a los aparatos electrónicos, que se ha incrementado hasta en un 50%. Su uso excesivo conlleva problemas de salud como alteraciones del sueño o el desarrollo de problemas en la visión, como miopía o astigmatismo.
El estado de alerta, la cuarentena por la COVID-19 y el cierre de los colegios, ha incrementado el tiempo frente a todo tipo de pantallas de los niños en un 50%, según remarcan diversas fuentes.
El uso excesivo de smartphones, tablets y videojuegos conlleva problemas de salud como alteraciones del sueño, déficit de atención, y deja la puerta abierta a desarrollar problemas en la salud visual debido al incremento del uso de la visión de cerca.
Por desgracia son cada vez más frecuentes casos de miopía entre menores causados por el exceso de uso de dispositivos digitales, además de la posibilidad de desarrollar errores refractivos (dificultad en el enfoque de objetos en la retina) causados por el daño provocado por la luz azul nociva que emiten las pantallas sobre los ojos.
El tiempo máximo que los niños deberían estar frente a las pantallas varía según la edad
Zoraida Marqués, óptico optometrista en Essilor destaca que “a edades tempranas los niños aún no tienen bien desarrollados los conductos oculares y hay que tener en cuenta también que el aparato visual se desarrolla hasta los ocho años aproximadamente.” Pese a la dificultad de separar a los niños de las tecnologías en estos días tan complicados, Marqués remarca que “es fundamental proteger sus ojos de la luz azul nociva que emiten los dispositivos,” y sugiere que “aplicar medidas muy sencillas puede ayudar a que los más pequeños puedan ver correctamente en los próximos años.”
De esta manera, Essilor ofrece una serie de consejos para controlar el uso que los niños hacen de las tecnologías.
Límite de tiempo
El tiempo máximo que los niños deberían estar frente a las pantallas varía según la edad. Es recomendable que los niños de entre 2 y 5 años no superen la hora diaria, aunque lo ideal sería no sobrepasar los 30 minutos. Entre 5 y 12 años no deben de superar la media de 60-90 minutos diarios y a partir de los 12 años no se debería sobrepasar las 2 horas diarias.
Los niños han de saber previamente de cuánto tiempo disponen para dedicarlo a medios digitales y hay que ser consistentes en el tiempo aplicando las restricciones oportunas.
Descanso digital
Pero no se trata solo de la cantidad de tiempo de uso sino también de la calidad y de la variedad. Se debe incentivar el ocio no digital, estimulando un ocio digital diverso y equilibrado. El juego a través de la tecnología se debe compatibilizar con el juego real para que los niños se muevan, socialicen y exploren, ya que es muy importante para su desarrollo.
Es básico prohibir el uso de los aparatos electrónicos durante las comidas para fomentar el diálogo. Los padres son el modelo a seguir y es importante predicar con el ejemplo y no abusar de la tecnología.
Desconexión temprana
La luz azul que emiten las pantallas afecta al sueño y les mantiene despiertos porque inhibe la producción de melatonina, la hormona del sueño. Por eso, es recomendable evitar que los niños usen las pantallas antes de dormir y en los dormitorios. Esto permitirá que duerman mejor y también les ayudará a concentrarse durante sus tareas escolares diarias.
Mantener la distancia
Es importante que la pantalla siempre quede a 30 centímetros o a una distancia adecuada, que el tamaño de la letra sea lo suficientemente grande como para permitir una lectura cómoda y que se encuentre por debajo de la línea de mirada, para evitar exponer demasiado la superficie ocular sin necesidad.
Cuidado con el brillo
Es fundamental regular el brillo de la pantalla, de tal manera que no sea tan intenso como para que cause deslumbramiento. En este sentido, es importante que tampoco utilicen los dispositivos digitales en ambientes oscuros.
Proteger los ojos frente al uso de pantallas
Proteger la visión de la luz azul nociva con el uso de lentes específicas también puede reducir el cansancio provocado por los dispositivos digitales. Por ejemplo, Essilor cuenta en su catálogo con las lentes Crizal Kids UV, lentes pensadas específicamente para proteger los ojos de los más pequeños, ya que están diseñadas para aguantar su ritmo. Entre otras características adaptadas, se mantienen limpias durante más tiempo, resisten bien los golpes, y proporcionan la mejor protección UV posible.
Otra posibilidad de protección son las lentes con filtros Crizal Prevencia y Eye Protect System, conjuntamente o por separado. Estos tratamientos filtran selectivamente la luz, eliminando la luz azul-violeta nociva y los rayos UV que provocan el envejecimiento precoz de los ojos. Gracias a esta lente, los más pequeños pueden tener los ojos relajados cuando estén delante de la pantalla, ver detalles de cerca de manera rápida y sencilla.