Vivimos en un pequeño mundo, frágil y concurrido. Una mariposa ha batido las alas en Asia y ahora estamos viviendo la tormenta perfecta. Nos guste o no el mundo está hiperconectado y la tecnología no es más que una herramienta de la evolución humana para producir el cambio.
Esta pandemia no ha hecho más que acelerar el cambio de hábitos que ya se venía produciendo; algunos de estos cambios hubiesen llevado décadas y han ocurrido en días: la compra online, el teletrabajo o incluso la aceleración de la telemedicina y el teledeporte.
Y a la vez estos nuevos hábitos también han dado lugar a hábitos zombies, a formas de hacer las cosas que ya no son relevantes para el consumidor porque no le aportan ningún valor y son sustituidos por conductas o experiencias más satisfactorias para el cliente. Pero esto no es nuevo: estas disrupciones que ahora parecen más rápidas estaban ahí.
¿Quién iba decirnos que un taxi iba a ser sustituido por un patinete? Sí, que un taxi, iba a ser sustituido por una aplicación vinculada a una flota de coches como Uber, y que a sus vez ellos cederían espacio a la bicicleta de alquiler e incluso al patinete. Simplemente para resolver un problema de movilidad.
¿Quién iba a decirnos que los hoteles iban a ser sustituidos por habitaciones en casas de extraños con Airb&b para resolver un problema de alojamiento?
O, si nos acercamos más a nuestro sector relacionado con el mundo de la salud, que la Teleoftalmologia, junto con la Teledermatologia y el Teleictus, serían las tres especialidades médicas con mayor implantación en la Salud Digital*.
En definitiva, es evidente que se ha producido un cambio de hábitos y nos enfrentamos a consumidores o pacientes dispuestos a interactuar de manera digital y a distancia con sus especialistas de salud, a usar servicios sanitarios que le hagan su vida más fácil.
«No acabo de entender que un oftalmólogo pueda atender a distancia y no pueda hacerlo un óptico optometrista»
Sin embargo, en España vivimos en un sector que frena el empoderamiento de sus ópticos, que se niega a darles superpoderes que le harían la vida más fácil y les permitirían ocupar su rol central en la salud visual.
No acabo de entender que un oftalmólogo, con su carrera de medicina pueda atender a distancia y no pueda hacerlo un óptico optometrista en su especialidad, o que una página web esté vendiendo gafas en ecommerce sin que nadie controle si hay un óptico detrás o no, mientras nuestros ópticos tienen que estar en todo el horario de apertura, 24/7 al pie del cañón.
Sabemos que alguien vendrá de fuera, da igual si de China, de Estados Unidos o de Israel, y romperá el modelo de negocio de la óptica; como le ha pasado al taxi o a la fotografía en papel y ni nos habremos enterado.
«se ha producido un cambio de hábitos y nos enfrentamos a consumidores o pacientes dispuestos a interactuar de manera digital y a distancia»
¿Qué ocurrirá si un día Amazon decide irrumpir con fuerza y tecnología en la óptica? Seguidamente entren con precio e, incluso, con algún servicio (desde luego la experiencia Amazon ha demostrado ser imbatible), pero lo que está claro es que no tendrán la cercanía de un óptico que se juega su prestigio cada día.
Soy partidaria de proteger a nuestro sector justamente dándole libertad (no podemos poner puertas al campo), y acceso a herramientas digitales que aumenten el papel del óptico haciéndolo imprescindible.
Para nosotros la Transformación Digital tiene un rol fundamental, que no es más que usar la tecnología para dar superpoderes a nuestros franquiciados, a nuestros ópticos, a ganar en agilidad en los procesos del día a día, haciéndolos más fáciles, a la vez que creamos experiencias gratificantes para clientes.
En este pequeño mundo hiperconectado no podremos sobrevivir sin datos, sin herramientas, sin personalización; la tecnología, unida al profesionalismo de las personas es la única fórmula ganadora.
Y mientras tanto, no sabemos muy bien si por miedo a otro confinamiento o porque de verdad la salud visual ocupa el lugar que le corresponde, sigamos viviendo el momento dulce que vive la óptica pero potenciándola como se merece.