Cuando mis buenos amigos de Federópticos me enviaron como regalo en la Navidad pasada, un ejemplar del libro Inteligencia Visual de Amy E. Herman, me llevé una enorme alegría.
Curiosamente llevaba bastante tiempo buscando, casi diría rogando, encontrarlo en alguna librería de buen gusto y acerado estímulo comercial. Me lo había recomendado un amigo sensato.
Después de una lectura casi angustiosa, ¿Se hizo la luz? Quizás no tanto, pero sí, que algunas sombras se desvanecieron.
Pocas veces de forma tan generosa, profunda y brillante alguien ha definido y explicado las grandes diferencias entre ver y entender.
“Ver lo que está ahí y otros no ven. Ver lo que no está ahí y debería estar. Ver la oportunidad, la solución, las señales de advertencia, la vía más rápida, la salida, la victoria. Ver lo importante.” Bello y descriptivo párrafo de uno de sus capítulos.
La descripción y responsabilidad de la retina, definida como parte del cerebro, el proceso de la luz, la afirmación de que los primeros pasos de la percepción suceden ya en el interior de la propia retina, antes de que la información llegue al cerebro, y otras descripciones llenas de sencillez y conocimiento, hacen de sus páginas, un canto a la divulgación científica y humanística entendida como un divertido y agradable pasatiempo.
“Ver lo que está ahí y otros no ven. Ver lo que no está ahí y debería estar…”
Pero el libro no va de manual de escuela. Ni pretende apabullar con explicaciones científicas.
Es mucho más. Nos empuja a potenciar nuestra inteligencia visual.
Herman cuenta una anécdota de Steve Jobs sobre una pregunta que le formularon “Cuando se pregunta a las personas creativas como hicieron algo, se sienten un poco culpables porque en realidad no lo hicieron. Simplemente lo vieron.”
Y termina preguntándose; “Parece fácil ¿verdad? Solo tienes que ver. Nacemos con la capacidad intrínseca, de hecho, nuestro cuerpo lo hace involuntariamente. Si tus ojos están abiertos, estás viendo. Pero el proceso neurobiológico implica algo más que mantener abiertos los parpados”.
Obra absolutamente recomendable.
Este artículo se publicó originalmente en la edición de Abril de Optimoda Plus. Si quieres oír el texto en voz de su autor puedes hacerlo en la edición virtual clicando sobre la imagen o en este enlace.