Entendemos que la salud comunitaria es una estrategia de actuación sanitaria en la que se tienen en cuenta las condiciones del entorno físico y social en el que viven las personas, que afectan a su calidad de vida ahora y en el futuro, y que se asienta sobre la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad.
Para abordar, con mayor profundidad, el concepto de salud comunitaria, es necesario definir otros conceptos relacionados con la salud. En primer lugar, la Salud Pública, que es una disciplina enfocada en la promoción, prevención e intervención de la salud desde una perspectiva multidisciplinaria y colectiva, ya sea a nivel comunitario, regional, nacional o internacional, es decir, no centrada en el individuo, sino en el colectivo, que no necesariamente tiene que provenir de la acción de los gobiernos¹.
En segundo lugar, la atención primaria es una estrategia de intervención en Salud Pública consistente en proporcionar asistencia sanitaria esencial accesible a todos los individuos y familias de la comunidad a través de medios aceptables para ellos, con su plena participación y a un coste asequible para la comunidad y el Estado. Es el eje del sistema de salud del país y forma parte integral del desarrollo socioeconómico general de la comunidad². Cuando hablamos de comunidad, lo estamos haciendo de los vínculos que unen a los individuos, de la proximidad en torno a un territorio común y de los agentes comunitarios que interactúan.
Salud comunitaria
Tanto la salud pública como la atención primaria tienen un punto de confluencia: la salud comunitaria. La salud pública necesita una estrategia organizativa para funcionar correctamente. La atención primaria responde a esta necesidad dotando al sistema sanitario de un nivel de proximidad que debe resolver la demanda asistencial de aquellos procesos que no requieren atención especializada y, además, debe intervenir con acciones de salud comunitaria con el fin de promover la salud y de prevenir la enfermedad. Sin acciones de salud comunitaria, la atención primaria se convierte en una mera puerta de entrada al sistema, que se satura con evidente facilidad.
“Tanto la salud pública como la atención primaria tienen un punto de confluencia: la salud comunitaria”
Así pues, entendemos que la salud comunitaria es una estrategia de actuación sanitaria en la que se tienen en cuenta las condiciones del entorno físico y social en el que viven las personas, que afectan a su calidad de vida ahora y en el futuro y que se asienta sobre la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad.
Tan importante es esta fórmula de intervención que, los profesionales sanitarios de atención primaria del sistema público son comunitarios, aunque la realidad nos muestra un panorama desolador en la implementación de acciones comunitarias en atención primaria³.
La importancia de la comunidad
Cuando hablamos de salud comunitaria, de promoción de la salud y de prevención de la enfermedad, parece que lo estamos haciendo desde la implementación de políticas sociales y económicas que afectan a la salud y que tienen sentido en el entorno público. Sin embargo, esto no es del todo cierto. Pequeñas intervenciones comunitarias pueden tener un enorme impacto en la salud: higiene bucodental, educación vial, hábitos alimentarios, etcétera.
El proceso salud/enfermedad se enmarca en un contexto comunitario en el que influyen multitud de variables socio-sanitarias y en el que la atención asistencial sanitaria individual es solamente el reflejo de lo que está ocurriendo en ese contexto que denominamos comunidad. Por ello, desde hace tiempo, todas las estrategias de salud se intentan orientar a la acción comunitaria, que es infinitamente más eficiente que la acción individual bajo demanda. Otra cuestión es que, dada la presión asistencial, esto no deje de ser un marco teórico.
Un buen ejemplo de acción comunitaria es la que se está realizando desde las oficinas de farmacia mediante su transformación en farmacias comunitarias. La farmacia comunitaria es el concepto, internacionalmente aceptado, que define a la farmacia que tiene una vocación de servicio a su comunidad por su interacción con el entorno social y por los servicios directos que se brindan a los pacientes. En este sentido, la misión del farmacéutico comunitario es ofrecer una atención sanitaria integral a la población en todo lo relacionado con el uso de medicamentos: desde la dispensación de recetas médicas, continuando con el asesoramiento de tratamientos para trastornos menores, hasta el seguimiento y control de tratamientos farmacológicos complejos⁴.
Los recursos sanitarios que podemos disponer en una comunidad quedan resumidos en la figura 1. Algunos corresponden a servicios públicos (fondo azul), otros pueden ser públicos o privados y el resto corresponden a la iniciativa privada.
“Los establecimientos sanitarios de óptica actúan en atención primaria de salud y, por tanto, deberían tener una firme vocación comunitaria”
Hacia una óptica comunitaria
Los establecimientos sanitarios de óptica que existen en nuestro país, aunque de iniciativa privada, actúan en atención primaria de salud y, por tanto, deberían tener una firme vocación comunitaria.
El concepto de óptica comunitaria se establece como “un establecimiento sanitario privado y de interés público, regulado de forma estatal y autonómica, donde el óptico-optometrista comunitario asegura y garantiza a la población el acceso a la dispensación de los productos sanitarios en el ámbito de la atención visual y de la salud ocular, unido a facilitar el acceso a los procesos de dispensación a los pacientes, junto a una vocación de servicio profesional sanitario de información, prevención y educación en el ámbito de la salud visual, ocular y general hacia la comunidad en la que opera⁵”.
Es decir, la óptica comunitaria debe proporcionar una atención integral, que hace referencia tanto a los aspectos asistenciales como a los preventivos y de promoción de la salud, pero también integrada, lo que hace referencia a la coordinación con los sistemas sanitarios y sociales.
La optometría comunitaria es una actitud proactiva frente a las necesidades de salud visual de la comunidad:
- Revisiones visuales. Sabemos que más del 30% de la población española no revisa su visión de forma periódica⁶.
- Interrelación con otros recursos socio-sanitarios.
- Educación para la salud. Los ópticos-optometristas son AGENTES DE SALUD.
Consejo alimentario en salud visual
- Detección precoz de patologías visuales (El 26% de los pacientes con diabetes tipo 1 y el 36% de los de tipo 2 nunca han sido sometidos a una exploración de fondo del ojo⁷), glaucoma, cataratas, retinopatías, etcétera.
- Control de enfermedades crónicas con afectación visual (hipertensión).
- Atención a grupos de riesgo (mayores, embarazadas, etcétera).
- Atención a grupos en riesgo de exclusión social
Referencias
- Frenk J. La salud de la población. Hacia una nueva salud pública. Fondo de Cultura Económica, 2016.
- “OMS | Atención primaria de salud”. Organización Mundial de la Salud. p. Web. 13 Feb. 2019. https://www.who.int/topics/primary_health_care/es/
- Segura del Pozo J. Salud pública, atención primaria y salud comunitaria: tres ramas del mismo árbol. Gaceta Sanitaria. Volumen 35, número 2, marzo–abril 2021, Págs. 107-8.
- Sociedad Española de Farmacia Comunitaria. ¿Qué puede hacer su farmacéutico comunitario por su salud? Madrid: SEFAC: 2012. Disponible en: http://www.sefac.org/.
- Martínez Moral JC. Camino de la óptica comunitaria. Gaceta de Optometría y Óptica Oftálmica, 2022; 576: 3.
- Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas. Libro Blanco de la Salud Visual en España 2022. ISBN: 978-84-946572-7-6. Madrid, 2022.
- Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas. Libro Blanco de la Salud Visual en España 2019. ISBN: 978-84-946572-7-6. Madrid, 2019.
Este artículo se publicó originalmente en la revista Optimoda correspondiente al segundo semestre de 2024.