Cuando me pidieron que hiciera un artículo de opinión para esta gran revista, pregunté sobre qué debía escribir y la contestación fue simple: Tema libre.
Esta es la peor de las sugerencias. Esa libertad te lleva a volar por tantas posibilidades, que al final, siempre vuelves al principio, el de la limpieza y soledad de la hoja en blanco y la gran pregunta ¿sobre qué escribo?. En esta ocasión, he pensado que más que dar una simpe opinión, sería más interesante que cada lector sacara su opinión sobre un tema determinado, que incluso lo escriba en un papel y si hace falta algún día lo compartamos. De articulo de opinión, a articulo de reflexión, que provoque múltiples opiniones. Ese es el concepto y la idea de este artículo. Espero que se entienda.
Nos encontramos en un momento en el que se plantean muchas incertidumbres, que con total seguridad, marcarán la forma de entender la economía en el futuro. Esto es algo genérico de toda la sociedad y afecta a todos los sectores.
Solo pensar que la empresa que más factura en reservas de hoteles y apartamentos, no tenga ninguna vivienda (airbnb) o que la líder mundial en ventas al menor, no posea una sola tienda (Amazon), son realidades que nos debe hacer pensar y reflexionar un poco. ¿Cómo va a ser nuestro futuro?
Existen variables que afectan de forma general a toda la sociedad, que podemos observar, pero en las que poco podemos influir. Desde la evolución de los factores demográficos entre los que se encuentra el incremento en la esperanza de vida, la situación económica derivada de la crisis pasada, la disrupción digital o la transformación del Consumidor en prescriptor, sin lugar a duda, son aspectos que afectarán a toda la economía.
En cambio, sí existen otras variables que pueden hacer que en nuestro sector se amplifiquen o minimicen las anteriores y en las que sí se puede influir, de alguna manera. Desde la concentración de operadores, hasta la aparición de nuevos agentes. Las políticas de precios, el desarrollo de productos, la demanda de los consumidores, la comunicación, son solo algunas de ellas.
Y no nos olvidemos de un dato muy importante. Por más que haya innovación de productos, el nuestro es un sector maduro, donde los crecimientos son lentos, no expansivos, los niveles competitivos elevados y los márgenes tienden a estrecharse.
Todos los anteriores factores, debidamente mezclados, nos deben hacer reflexionar y buscar posibles respuestas a diferentes preguntas. ¿Cómo puede estar compuesto nuestro sector dentro de 10 años? ¿Cómo será la Óptica del Futuro? ¿Qué podemos hacer los actores actuales? ¿Cambiar? ¿Intentar influir? Sin duda son cuestiones de difícil respuesta y que exigen una profunda reflexión, tanto individual como colectiva.
Por más que haya innovación de productos, el nuestro es un sector maduro, donde los crecimientos son lentos, no expansivos
¿Sería posible que haya un observatorio global de la óptica, para ver su posible evolución? Podría ser una opción a considerar.
¿Debemos tomar cada posible cambio como una amenaza a la que hay que eliminar, o debemos tener una actitud más abierta, de forma que busquemos no su eliminación, sino su incorporación ordenada?
La mayor amenaza en la que se encuentra un sector maduro es que alguien de fuera del mismo cambie las reglas y lo transforme. En ese caso el sector ”tradicional” entra en la siguiente fase, la de declive. Ha pasado en otros sectores, como la telefonía o la fotografía y supuso un cambio radical del panorama. ¿Queremos que nos pase a nosotros?
Cuando se habla de futuro, nada es un axioma de verdad. Solo hay algo en lo que todos estamos de acuerdo. Queremos ser partícipes de ese futuro, y estar presentes en él. Eso nos lleva a una primera conclusión: en el futuro seguirá existiendo el sector, seguirá existiendo la óptica. Vamos bien, pensar en algo con final positivo ha de ayudarnos a construirlo.
En este punto, podría volver al segundo párrafo: cada lector debe tener su opinión, eso es como un artículo «boomerang». Y será tan válida como la de este humilde escribiente. Poner en común esas opiniones, puede ser una idea.
No puedo finalizar este artículo sin dejar al menos mi opinión. Pienso que la óptica del futuro seguirá existiendo, pero será muy diferente a la actual. El modelo de negocio ha de cambiar y estamos casi obligados a transformar el sector. Habrá que implementar varias, de lo que hoy consideramos amenazas, como algo propio, de forma natural y sin traumas. El trauma sería que alguien de fuera las implante y sea el que transforme al sector. Si eso pasa, no debemos mirar para el otro lado, será porque la “miopía empresarial” nos habrá invadido, con una gran dificultad para ver de lejos. Y que el sector de la óptica no haya tenido la suficiente visión… Es casi de chiste.
Mal chiste, por otra parte, que nos llevaría al principio de este artículo. A la limpieza, soledad y también frialdad de la hoja en blanco, si bien con otras preguntas ¿Y ahora qué? ¿Podría haber hecho algo para que no hubiera ocurrido?