Ya está aquí la nueva entrega de un informe que analiza la confianza desde varias perspectivas y que se ha convertido en un referente a nivel mundial: Edelman Trust Barometer 2022, una encuesta en la que participan 28 países y más de 36 mil personas.
Se trata de un compendio de datos muy valiosos para la toma de decisiones. De entre sus más relevantes aseveraciones destacaría que Mi Empleador (con un 77% de los votos) es la fuente de información que más confianza genera, muy por encima de la credibilidad que nos transmiten otros negocios o marcas, ONGs, el Gobierno o incluso los medios de comunicación masivos.
Esta proporción es global pues hacen una media sobre los porcentajes obtenidos en cada País. En España esta cifra estaría en el 72% y ha subido 3 puntos con respecto al estudio anterior.
Otra de sus afirmaciones es que el 13% de los trabajadores confiaría automáticamente en la información proporcionada por su empresa y el 52% cuando la ve una o dos veces.
Con respecto a la Dirección Ejecutiva de las compañías, el 81% de las personas que han participado en el estudio opina que los CEOs deberían hablar proactivamente sobre políticas públicas o sobre qué hace su empresa para beneficiar a la sociedad.
Además, el 76% de los encuestados espera que el CEO promueva el diálogo sobre temas relacionados con el trabajo o la economía, el 74% sobre tecnología, el 73% sobre la desigualdad de salarios, el 68% del cambio climático y el 65% sobre prejuicios o discriminación, entre otros.
¿Y el sector óptico? ¿Y España?
Los datos difieren según el sector o actividad económica siendo las empresas tecnológicas, las que se dedican a la educación, salud y manufacturas las que más confianza albergan.
Tal y como se desprende de este estudio, podemos observar que la confianza es local y por tanto varía de unos países a otros. En concreto en España y tomando como referencia el “Informe de Cualidades del Jefe Ideal” de Infojobs realizado en enero de 2021, la confianza tiene un protagonismo indudable.
Afirman que los trabajadores españoles buscan que se reconozca su esfuerzo, que les feliciten por su trabajo y que la persona responsable sepa apreciar los logros, que sea honesto y confiable, que tenga empatía, que sepa trabajar en equipo, que delegue y confíe, entre otros.
Sin embargo, también confirman que hay diferencias entre los atributos que eligen los empleados y las empresas para conformar un jefe ideal. Las empresas buscan directivos con amplitud de miras y organizados, mientras que los trabajadores prefieren líderes capaces de trabajar en equipo, delegar y confiar.
En octubre de 2021, actualizaban este estudio detallándolo por género y edad y manifestaban que las mujeres apuestan por líderes que sepan apreciar y reconocer los logros (50%), mientras que los hombres se decantan por la honestidad y la confianza (42%). Para los más jóvenes la empatía es lo más importante (47%), seguido del reconocimiento (42%) y la confianza (33%).
Mi opinión particular
Las conclusiones que podemos sacar del análisis anterior son dos:
– Los trabajadores, en líneas generales, confían en su empresa y por tanto en sus superiores y la información que reciben de ellos.
– Pero podríamos decir que demandan cierta reciprocidad. O, en otras palabras, piden que sus superiores también confíen en ellos y lo demuestren manteniendo una relación más afectiva y afable.
Esto se traduce en que las empresas tienen ya ganada esa confianza por parte de sus trabajadores y lo único que tienen que hacer es trabajar para no perder puntos o no darles razones a sus empleados para dejar de confiar y que se marchen.
Cuando un trabajador desconfía, traslada su malestar a otros compañeros y esta situación acaba perjudicando a la consecución de los objetivos a largo plazo. Es decir, aunque pueda parecer que esas metas se consiguen parcialmente o de manera integral, cuando los trabajadores están alineados con la empresa y realmente motivados, se sobrepasan los objetivos y los resultados que se obtienen son mayores.
«Los trabajadores, en líneas generales, confían en su empresa y por tanto en sus superiores y la información que reciben de ellos»
Y es que, como dicen José Luis García Delgado y Rafael Myro en su libro “Lecciones de Economía Española” (Editorial Civitas Thomson Reuters. Navarra, 2020. Capítulo 6: El factor empresarial. Página 128), «la falta de confianza es una de las características de la sociedad española y uno de los factores por los que la productividad de nuestro tejido empresarial es mejorable».
Por tanto, las empresas que no ponen en marcha buenas prácticas para mantener o incluso mejorar el nivel de confianza en sus trabajadores, pierden dinero y ni siquiera son conscientes de ello.
¿Qué es necesario para conseguirlo?
La gestión empresarial es muy compleja y más cuando buscas la prosperidad de manera sostenida en el tiempo. La clave está en mantener un término medio en determinados aspectos y lograr un equilibro que nos haga ser la mejor versión de nosotros mismos.
Esto significa que no debemos prestar atención solo a los intereses de la compañía. Lo que debemos hacer es pensar también en las necesidades de nuestros equipos para entendernos y llegar juntos y de manera más eficiente a las metas que nos propongamos.
¿Cómo?
Contratación efectiva
Los líderes de hoy tienen que llevar a cabo una gestión más humanista y que promueva el respeto y la confianza, ya que son los básicos para poder relacionarnos. Unamos a nuestras filas personas con buenas competencias en gestión empresarial, pero también con grandes valores como la honestidad, humildad, humanidad y humor para conseguir relaciones efectivas a largo plazo. Yo lo he denominado la regla de las 4 haches.
Liderazgo con inteligencia emocional
Conocer bien a cada uno de los integrantes de nuestros equipos nos dará las claves para conectar mejor con ellos y que su rendimiento sea exponencial.
Comunicación interna
Compartamos los objetivos, estrategias y acciones de la compañía tanto a largo como a corto plazo. Debemos convencer con argumentos sólidos, explicando el por qué y el para qué de aquello que queremos conseguir. Así logramos la credibilidad y empatía que necesitamos para inspirar mayor confianza en el equipo.
Delegar, delegar y delegar
Involucremos a nuestros trabajadores y colaboradores externos en las decisiones y la dirección que va tomando la empresa. Impliquemos tanto a los empleados de primera línea como a los mandos intermedios. Todos tienen que estar al tanto de todo y participar. De hecho, es la mejor forma de compartir responsabilidades relacionadas con la buena marcha del negocio.
Porque dar sentido a nuestro trabajo diario, sentir que formamos parte de algo más grande o que aportamos valor, es lo que nos hace activar nuestro mayor compromiso.
Así que… ¡cambiemos el chip para conseguir mejores resultados!
Este artículo se publicó originalmente en la revista Optimoda Plus del mes de Abril. Puedes acceder a la edición completa clickando sobre la imagen inferior