Ya podemos salir a la calle a practicar deporte. Estos últimos días estamos viendo más “runners” y “bikers” que nunca. Quizá sea porque nos fijamos en ello más de lo normal.
Entre los ciclistas está muy extendido el uso de las gafas de sol. El viento y los insectos son quizá el mayor motivo para ello, quizá por encima del propio sol. Que se te meta un bicho en los ojos en pleno descenso puede ser fatal. También claro está los reflejos en la calzada pueden resultarlo y ahí es donde la gafa para ciclimos cumple esta triple función de protección.
Desde los tiempos de Greg Lemond, que fue quizá el ciclista al que la industria óptica deportiva debe más, innumerables modelos de gafas de sol se han visto en las caras y cabezas del pelotón internacional. Y el auge del deporte amateur no ha sido indiferente a ello. De las caras del pelotón internacional, todos estos modelos han pasado a los ciclistas amateurs que se gastan ingentes cantidades de dinero en estar a la última en moda óptica deportiva. Las grandes marcas lo saben y centran sus esfuerzos de marketing en ellos: los deportistas amateur.
Pero no solo las grandes marcas, otras empresas han visto que hay mucho pastel que repatir y tomaron partida en su momento, ofreciendo modelos de gafas deportivas con características de diseño similares a las de marca a precios mucho más competitivos. Por lo general las calidades son inferiores, aunque no siempre es así. Pero eso es otro debate mucho más extenso.
El tema que nos compete en este artículo es bien distinto. Como es sabido, el maldito coronavirus Sars-Cov2 se transmite por via aérea. Y esto también afecta los ojos, porque si una de las microgotas que expele un infectado de Covid-19 cae en tus ojos, la lágrima lo va a absorber y lo va a drenar en tu nariz a través del orificio lagrimal. No te alarmes, esto ya es bien conocido. También hay que decir que las posibilidades de contagio a través de los ojos son mucho menores que a través de boca y nariz.
Pero ya estamos sumando otro factor a favor del uso de las gafas deportivas:
- Sol, el principal
- Viento: especial para ciclistas
- Insectos: lo mismo
- Protección contra golpes
- Coronavirus: el último invitado.
No habíamos hablado de la protección contra impactos de la que protegen las gafas deportivas pero ahora es un buen momento para hacerlo. En deportes de raqueta esta función es bien agradecida porque los que jugáis a padel de forma frecuente seguro que os acordáis de algún pelotazo que otro. O lo que es peor, de un raquetazo.
La inmensa mayoría de los cristales de sol deportivos de la actualidad están fabricados con policarbonato. Un material de tan elevada resistencia al impacto que incluso se usa para los cristales blindados de coches.
De hecho te invitamos a que preguntes por ello en el establecimiento donde realices la compra de tu próxima gafa de deporte.
Como ya hemos dicho, el “gremio” de los ciclistas tienen muy interiorizado el uso de las gafas. También ocurre en jugadores de voley playa. En este caso el sol sí que es el factor más determinante a la hora de usarlas. La arena tiene una altísima capacidad de reflexión de la luz solar, y jugadores de voley se pegan muchas horas jugando y entrenando en la playa. Es lógico y casi obligado su uso incluso en días de poco sol. En este caso, el uso de cristales polarizados también sería más que recomendable.
También en deportes de nieve el uso está muy extendido, la nieve es la superficie que mayor cantidad de luz solar refleja y en el pasado eran habituales las enfermedades oculares producidas por el sol en montañeros sin protección ocular.
El resto de deportistas: corredores, jugadores de tenis/padel, futbolistas, baloncestistas, etc suelen aparcar el uso de gafas de sol para su práctica deportiva. No es una tontería recomendar el uso el deportes como fútbol o baloncesto. Todos recordamos a Edgar Davis o a Kareem Abdul-Jabbar. Es una pena que eso se vea como una excentricidad porque los traumatismos oculares están ahí.
Y ahora, insistimos, en tiempos de coronavirus, se eliminaría el riesgo de contagio ocular.
Mención especial para los runners. Los hay a cientos recorriendo las calles de todas las localidades. Si todos usaran gafas de sol para correr, también estarían eliminando este factor de contagio.
¿Cómo elegir la gafa de sol deportiva que más me conviene?
Quizá el factor más importante a la hora de tu elección sería el de la ligereza. La ligereza va unida al confort. No siempre una gafa ligera va a ser confortable, pero sí que tiene muchas papeletas para serlo que una gafa pesada. Lo que sí es cierto es que una gafa cómoda, siempre va a ser ligera.
Resistencia
Hay muchos materiales para la fabricación de gafas, uno de los que está más de moda es el TR90. Lo usan desde las grandes marcas hasta las más modestas por su precio, flexibilidad, durabilidad y ligereza. Conviene que elijas una gafa resistente y flexible, porque es muy fácil que las monturas soporten tensiones si hay impacto o si te las quitas y pones de forma brusca.
Cristales
Tal y como hemos dicho antes, lo ideal es que sean de policarbonato. También es recomendable que sean polarizados si tu deporte está muy expuesto al sol, como en el caso del voley-playa. Si vas a usarlas en condiciones climáticas cambiantes, el uso de los fotocromáticos está muy recomendado.
De lo que no cabe duda es que todas han de ser cristal orgánico y 100% protección UVA/B.
Tipo de montura
Puede decirse que hay dos tipos de monturas para gafas deportivas: la montura completa y la montura semi al aire que son las que la lente va “colgada” de la parte superior de la montura.
Para deportes como el running que necesitan de una gafa más ligera, recomendamos el uso de monturas semi al aire. Esto también ayudará a una mayor transpirabilidad entre la cara y la lente, reduciendo así el empañamiento de los cristales.
Para ciclismo hay de todo tipo, pero una montura completa aportará una dosis extra de estabilidad y protección a toda la superficie ocular y orbital. Si piensas en el coronavirus, una gafa de este tipo, con montura completa, y a ser posible con un diseño envolvente, aportará un grado mayor de protección. (reduces el contacto del virus sobre parte inferior de tus párpados).
También es muy importante que los terminales de las varillas incorporen goma hipolargénica. Esto hará que tu gafa deportiva se “agarre” mucho más a tu cabeza y por tanto sea más segura y estable. Y también hará que sea más cómoda.
Y esto es todo.
Sea como fuere, si practicas deporte en estos tiempos, te recomendamos que uses gafas de sol. Estarás protegiendo tu salud a varios niveles, y eso merece mucho la pena.
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Hasta pronto.
Artículo creado en colaboración con
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