Hace más de 20 años que trabajo en el sector óptico. Estudié óptica, convencida de que iba a mejorar la vida de las personas a través de la visión.
Durante toda mi preparación académica aprendí a graduar a un paciente, a montar lentes oftálmicas en todo tipo de monturas y también a adaptar lentes de contacto. Formando así todo el proceso de venta de una óptica.
Experiencia y aprendizaje continuo
Cuando empiezas a trabajar en óptica, todo aquello por lo que has sido preparado florece. Todo aquello aprendido acaba en manos de un paciente/cliente y que, en este proceso, aprendes a negociar precios y dar valor a todo lo que se recomienda. Además, debes aprender a trabajar con los proveedores con los que se trabaja en la óptica y entender los procesos de pedido de cada una de las empresas del sector.
En todo este entramado, llega el punto donde estás completamente preparado para enfrentarte a cualquier cliente/paciente, empresa y/o proveedor.
Las empresas del sector tienen formaciones disponibles de todo tipo, y aunque no sea obligatorio seguir estudiando (aún) para mantener el título de óptica en España, es uno de los caminos más firmes para seguir aprendiendo y estar al día de las novedades, lanzamientos de productos nuevos, tecnologías disponibles e incluso nuevos procesos de venta para el usuario final.
Como podéis imaginar, he asistido, durante 20 años, a prácticamente todas las formaciones disponibles y también, gracias a mi recorrido profesional, he podido impartir muchas de ellas.
He tenido la oportunidad de visitar ópticos desde varias perspectivas, como comercial, como servicios profesionales, como marketing y también he conocido nuestro sector desde un punto de vista más internacional y global, conociendo a ópticos y empresas de óptica de todo el mundo.
La relevancia del antirreflejante en la práctica óptica
Cuando me pidieron escribir este artículo, estuve reflexionando sobre todo aquello que creo puede hacer la diferencia en nuestra profesión como profesionales de la salud y ópticos-optometristas y está aplicado en las lentes oftálmicas: el antirreflejante.
En el día a día entran en las ópticas muchas personas que necesitan gafas. Los motivos son muy diversos y la solución es prescrita por un profesional de la visión. El proceso de venta de gafa es, normalmente, muy parecido. Cuando se ha decidido la montura y la prescripción, empieza el proceso de recomendación de lente oftálmica.
«El antirreflejante también forma parte del proceso de venta y también nos ayudará a aumentar el tique de compra»
Un óptico-optometrista que trabaja diariamente en una óptica tiene el discurso muy bien aprendido. Tanto si es lente monofocal, bifocal, progresivo o de uso específico, como una lente ocupacional. El tiempo dedicado a cada lente oftálmica, el tipo de diseño de lente, la toma de medidas para empezar la personalización, el índice de refracción de la lente, el precalibrado, son partes importantes del proceso de venta, y si lo hacemos bien, nos darán opciones a un tique de compra alto.
Proceso técnico y selección del antirreflejante adecuado
El antirreflejante también forma parte del proceso de venta y también nos ayudará a aumentar el tique de compra, pero ¿lo prescribimos y recomendamos todo lo bien que podemos como profesionales? ¿Sabemos trasladar al usuario todos los beneficios de los antirreflejantes? ¿Tenemos claro qué tipo de antirreflejante recomendar en cada caso? Si tu respuesta es afirmativa, entonces sabrás perfectamente que el antirreflejante no sólo es una herramienta de venta más, sino que también tiene un papel muy importante en la adaptación, visión y comodidad del usuario final.
Impacto del antirreflejante en la calidad de vida del usuario
La ventaja de un antirreflejante, si lo comparamos con una lente blanca (sin antirreflejante) es evidente, la disminución de reflejos que afectan la visión de los usuarios. Este es solamente uno de los motivos por los que debemos prescribirlo. Pero el mundo del antirreflejante es mucho más amplio.
Un antirreflejante es una serie de capas de diferentes componentes que se aplica a la lente por medio de un proceso que dura, aproximadamente, 45 minutos y que se hace a través de una campana de vacío. Un cañón de iones incorporado en la máquina expulsa componentes químicos que se adhieren a la lente. Es un proceso que requiere máxima atención y precisión. En el caso de no quedar bien adherido, la lente final no tiene las propiedades requeridas. Es en este momento cuando, si el proceso no ha funcionado a la perfección, recibimos un par de lentes que tienen un color reflejo de distinto color. Que es el error que encontramos más comúnmente.
La tecnología del antirreflejante ha ido mejorando con el tiempo. Dándonos a los ópticos-optometristas diferentes opciones de antirreflejante que podemos escoger según las necesidades de cada usuario. Existen muchos tipos de antirreflejante en el mercado, con diferentes usos y posicionamientos.
Este amplio abanico de posibilidades también debería recomendarse optométricamente, de la misma forma que sabemos recomendar el tipo de lente oftálmica óptima para cada usuario.
Buscar el antirreflejante ideal para cada usuario
Este proceso ayudará a mejorar la adaptación final de la lente. La resistencia al rayado, la fácil limpieza y la claridad de la lente son las características claves. Así aseguramos, no solo que el usuario llegue a la máxima calidad de visión posible, sino que también mejoren su comodidad y la satisfacción general de la lente.
Me gustaría terminar este artículo recomendando a todo profesional de la visión que siga informándose de los antirreflejantes disponibles en el mercado. Conozca sus características técnicas y las recomendaciones de cada proveedor para poder seleccionar también el antirreflejante óptimo para cada usuario.
“Tengo malos reflejos. Una vez fui atropellado por un coche empujado por dos tipos.” Woody Allen.
Este artículo de opinión se publicó originalmente en la revista Optimoda correspondiente al primer semestre 2024.
Optimoda 217 Primer semestre 2024