Se acerca la vuelta al cole y hay que preparar a niños y niñas para iniciar las clases de manera óptima. Por este motivo, este es el mejor momento para revisar la vista a los más pequeños y corregir así posibles problemas de visión.
Pero, ¿qué factores hay que tener en cuenta a la hora de elegir unas gafas para niños y niñas, en el caso de que sea necesario? Alicia Escuer, directora técnica y de formación de Óptica & Audiología Universitaria, detalla las principales pautas que se deben considerar:
El tamaño sí que importa
Cuanto más alta sea la graduación, probablemente los cristales tendrán que ser más gruesos, por lo que es recomendable evitar monturas grandes que aumenten su grosor y que puedan repercutir en el peso de la gafa. Además, las monturas pequeñas tienen menor riesgo de que el usuario tenga una visión periférica borrosa o distorsionada.
Soluciones a la posible timidez de llevar gafas
A la mayoría de niños y niñas, el uso de las gafas les implica una sensación de timidez, sobre todo al principio. Alicia Escuer afirma que “una buena solución es elegir monturas con estilo moderno y atractivo, que suelen atraer a los niños porque les aportan un aspecto parecido al de los adultos, como sus hermanos mayores o sus padres”.
El puente
Un problema habitual de las gafas infantiles es que se deslizan hacia abajo porque los niños no tienen todavía la nariz completamente desarrollada. En este sentido, las monturas de metal incorporan plaquetas (almohadillas de nariz ajustables), de manera que se adaptan a todos los puentes.
Las gafas de pasta también pueden incorporar puentes que se adaptan a narices pequeñas. Si el puente de la montura y el puente de la nariz no acoplan por completo, el peso de las lentes hará que las gafas se deslicen, lo que supondrá una incomodidad para el niño que las lleve y hará que tienda a mirar por encima de ellas en lugar de recolocarlas adecuadamente.
Varillas envolventes para bebés y para los más pequeños
Otra manera de evitar que las gafas se deslicen es utilizar gafas con varillas que se envuelven alrededor de la parte posterior de la oreja, sobre todo para bebés y niños pequeños. También las monturas con correa elástica son útiles para evitar el deslizamiento.
“Para niños mayores, una buena opción son las varillas sin bisagras, que permiten que las varillas se flexionen hacia afuera o adentro de la montura, sin causar ningún daño. Esto ayudará a prevenir la necesidad de ajustes frecuentes y reparaciones”, añade Escuer.
Materiales
“Tradicionalmente, las gafas infantiles tenían monturas de pasta, porque se consideraba mejor opción, ya que eran más difíciles de doblar o romper. Para bebes o niños más pequeños se suelen utilizar monturas de silicona, por su flexibilidad y resistencia. En la actualidad también existen monturas de metal con estas características, pero hay que ir con cuidado con las alergias y asegurarse primero de que el niño no es alérgico a ningún componente del metal de las gafas”, explica Alicia Escuer.
En cuanto al material de las lentes, se utilizan lentes orgánicas, resistentes a los impactos y muy ligeras, ya que, sobre todo en altas graduaciones, hace que el porte sea muy cómodo.
“Un último consejo a tener en cuenta – añade Escuer – es tener siempre un par de gafas de recambio. Los niños no suelen tener cuidado con las gafas y las estropean o las pierden fácilmente”.