¿Cuál es su experiencia en el campo de la óptica?
Empecé a trabajar en 1989, cuando aún era estudiante. Monté mi primera óptica en 1994, junto con un socio, y llegamos a tener tres establecimientos. En 2010 nos separamos y arranqué con el proyecto de DM Optics, el cual se hizo realidad en febrero de 2011.
En 2011, el ambiente no era el más idóneo para emprender, ya que era uno de los momentos en que más se hablaba de crisis.
Sí, pero mis amigos me animaron a montar la óptica, con el argumento de que cuando la instalara, ya no habría crisis. Pero no fue así, ya que abrí en medio de todo el lío y junto a un discounter de los más importantes de España (a pocos metros de DM Optics, funciona un establecimiento de una cadena low cost). Pero bueno, ha ido bien, porque sigo aquí desde hace más de cuatro años, y muy contento.
¿Qué le motivo a escoger esta línea de negocio, que se sustenta en marcas vanguardistas?
Era lo que me gustaba. Sabía que podía hacerlo —porque ya lo había hecho— y que encontraría al personal para llevarlo adelante. Es decir, que el know how lo tenía. El asunto era encontrar el sitio, que para mí era algo muy importante. Busqué mucho, porque había ofertas, y tuve la suerte de conseguir este local que es de un gran amigo. Cuando lo vi, sabía que el local —por situación y el barrio— encajaba en el concepto de negocio que quería montar. Evidentemente, era consciente de que a un costado tendría la competencia de un discounter, por lo que le di una vuelta de tuerca más a mi negocio apostando por un producto muy diferenciado.
¿Cómo es el tipo de cliente de DM Optics?
Lo bueno que tenemos es que cogemos un poco de todo. Nos importa la gente del barrio, porque somos de aquí, pero evidentemente, también nos visita mucho turista, porque la calle es buena y existe mucho paso. La tienda tiene mucho escaparate y eso favorece la compra impulsiva. Según su opinión, ¿le beneficia o perjudica el trabajar junto a un cadena low cost? Lo único que le puede decir es cuál fue mi planteamiento cuando me ofrecieron el local, porque da la casualidad que en ese momento estaban montando el establecimiento de la cadena low cost. Entonces me hice una pregunta: ¿qué haría si mi óptica ya estuviera funcionando y se me pusiera al lado uno de esos negocios? ¿Me pondría a llorar? ¿Saldría corriendo? ¿Tiraría adelante como un campeón? Pues, escogí la tercera alternativa, porque todo encajaba dentro de mi planteamiento. Ya sé que hubiese sido mejor estar solo, pero lo cierto es que esa cadena me trae gente, porque no todo el mundo busca precio.
“Al final, mucha gente se queja, pero se siguen abriendo ópticas»
Y ahora que habla de precio, su producto es muy de diseño. ¿Dónde busca a los proveedores de este tipo de monturas?
Hay que salir y moverse. Cada año voy a las tres ferias más importantes de Europa, que son Múnich, Milán y París… La feria que más me gusta es la de París. A Mido la veía un poco olvidada pero, la verdad, es que en los dos últimos años me ha gustado, me ha ofrecido un buen espacio para hacer negocio.
¿Con qué marcas españolas trabaja?
Con Etnia Barcelona, Xavi García… También trabajamos con marcas que proveen gafas de madera. En realidad, en esta zona hay mucho turista que busca producto hecho en España. ¿Los de las gafas de madera es una moda o un tipo de producto que se consolidará? Seguro que es una moda. Cuando empezaron a salir, pensé que iba a durar poco, pero se han mantenido. Como sucede con muchas cosas, habrá un boom que luego bajará, pero las gafas de madera no van a desaparecer. De hecho, yo las sigo vendiendo.
¿Cuántas marcas comercializa en la óptica?
No sé decir un número, pero son muchas. Y luego las vamos rotando, porque el público se cansa de ver lo mismo…
¿Tienes alguna marca propia?
No, pero lo que sí he hecho son colaboraciones con marcas, comercializando en exclusiva alguna colección limitada. Para ponerlas a la venta, hemos organizado eventos para hacer las respectivas presentaciones. La verdad es que todo esto ha ido bien.
¿Forma parte de algún grupo de compra?
No, soy independiente, aunque suelo unirme con cuatro amigos para hacer compras conjuntas.
Es decir que en su caso no aplica aquella frase de que los independientes no tienen futuro.
Lo cierto es que los grupos son cada vez más fuertes, por lo que, los ópticos pequeños tenemos que buscar nuestro espacio, hacer algo diferente. Yo trabajo más en el tema de producto, pero otra opción puede ser adentrarse en asuntos profesionales, optométricos. Hoy en día, el pequeño tiene que aportar algo más al usuario.
Ahora que ha mencionado el asunto optométrico, últimamente se habla de cobrar por los servicios. ¿Usted lo hace?
No lo hago, porque hacerlo en Barcelona es muy complicado, y en mi caso más, teniendo en cuenta al lado de quien estoy. Sin embargo, me parece bien que se cobre y creo que debería hacerse. Si desde el principio todos lo hubiésemos hecho… El público no está habituado a pagar. Por ejemplo, en mi caso, de las ópticas que funcionan cerca de mi establecimiento, ninguna va a cobrar. Yo puedo intentarlo, porque creo que es lo correcto, pero… Debería ser el Colegio de Ópticos el que marcara la pauta, pero entiendo que no se puede obligar.
En la actualidad se está hablando del servicio de la telemedicina como una fuente de ingresos para la ópticas. ¿Qué opina de esto?
Es una opción, pero en mi caso, no la contemplo, porque voy más a lo mío, que es el tema de moda.
«Los ópticos pequeños tenemos que buscar nuestro espacio»
¿Y la audiología? ¿Ha pensado en ella?
No, es un tema que no toco. Creo que ya es bastante complicado llevar un negocio para, además de ello, meterse en cosas en la que debes depender de otra persona. Al final, yo soy óptico optometrista, no audioprotesista, de tal modo que si me falla alguien, puedo hacer el trabajo. La verdad, prefiero hacer solo las cosas que controlo.
Con toda la crisis que ha habido, ¿cómo ve el sector de la óptica? ¿Cree que goza de buena salud?
Yo creo que está bien. Hay sectores que lo están pasando mucho peor que nosotros. Evidentemente sobran ópticas, hay demasiada oferta… Pero siguen abriendo ópticas. Es verdad, y a mí eso me cuesta entenderlo. Al final, mucha gente se queja, pero entiendo que el sector debe estar bien, ya que se siguen abriendo ópticas.
¿Cree que en los próximos años se irá consolidando el concepto low cost en la óptica?
Las grandes cadenas cada vez serán más fuertes y el óptico pequeño tiene que ofrecer algo distinto. Siempre habrá algún usuario que busque un DM Optics u otro establecimiento que dé algo diferente. Al final yo creo que el óptico pequeño tiene la suerte —si lo sabe ver— de hacer las cosas con cariño, con pasión, y al final, el cliente cree en ello. No es fácil competir, no basta con tener el personal, producto y el sitio. Si todo fuese tan fácil como vender a precio, todo el mundo vendería, y no es así. Por suerte, creo que aún hay espacio para hacer otras cosas. Me parece que en internet se está vendiendo mucho a precio, y creo que en el día de mañana, seguirá siendo así.
«Hay sectores que lo están pasando mucho peor que nosotros»
Pero creo que una de las ventajas de nuestro sector es que la venta de graduado todavía no llega a internet…
De momento, y eso en España, porque si el usuario accede a una plataforma que esté fuera, ya puede comprar lente graduada, lentillas de contacto…
¿Usted ha pensado en montar una tienda virtual?
Sí, lo he pensado y creo que lo haré, pero no será pronto. De momento, queremos seguir creciendo aquí (en el punto de venta físico), porque aún tenemos margen para hacerlo.
¿Cuántas personas trabajan en DM Optics?
Cuatro, entre las que me incluyo.
En la página web de la óptica hace referencia a la presencia de algunos famosos en DM Optics. ¿Es parte de algún programa de marketing?
Tengo un amigo que es representante y me trae a algunos de sus representados. Y otro factor importante es el sitio de paso, que es bueno. El otro día, por ejemplo, entró Sebastián Vettel y se hizo un par de gafas. Se ve que estaba entrenando en Montmeló.
¿Cómo reacciona cuando entra un cliente de ese tipo?
Me hace gracia, pero porque sé que a mis clientes les va a gustar que haya ocurrido eso. Es que en el fondo, yo a quienes más aprecio son a mis clientes de hace más de 20 años, de cuando tenía la otra óptica, y que me buscan para que les siga atendiendo. Estos me llenan más que Sebastián Vettel.
¿Ya había recibido a famosos en las ópticas que tenía?
No, porque antes yo era discounter. Es decir, has cambiado totalmente de política. Bueno, es lo que he dicho, porque al final intentas buscar tu espacio y ver hacia dónde van las cosas, y te puedes anticipar… Hay gente que antes trabajaba con producto de gama alta y se ha bajado a discounter.
¿Cómo avizora el negocio de la óptica en cinco años?
No creo que cambie mucho, porque no lo ha hecho en los últimos cinco años que han sido durísimos. Pensábamos que en los años complicados cerrarían un montón de ópticas, pero han seguido abriendo. Así que en los próximos cinco años tampoco habrá grandes transformaciones. Pero en cuanto a producto, ahí sí que veremos novedades, porque las tendencias vienen y van.