La Fundación Ruta de la Luz regresa a Cabo Verde

Fundación Ruta de la Luz
La expedición se ha traído de vuelta 352 recetas con la graduación de otros tantos menores
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El proyecto ‘Let your eyes enjoy‘ aúna los esfuerzos de la Fundación Ruta de la Luz, que realiza revisiones ópticas a personas sin recursos y dona gafas nuevas y adaptadas de manera gratuita por todo el mundo.

The Equatorial Coca-Cola Bottling Company (ECCBC), que como contraparte sobre el terreno, asume la logística de las expediciones y de la Fundación Elena Barraquer, una organización sin ánimo de lucro con la misión de devolver la vista al mayor número de personas mediante operaciones quirúrgicas.

Esta colaboración está basada en el modelo de asociación ‘Golden Triangle’, una estructura destinada a buscar sinergias y aprovechar las fortalezas de las tres entidades, y cuenta con el beneplácito y la complicidad del gobierno del país africano que ha sido protagonista de este proyecto durante tres años.

Después de meses de trabajo para preparar la última misión óptica, ahora recién aterrizada de regreso, Equatorial Coca-Cola había programado una semana intensa de trabajo para aprovechar al máximo la presencia de un equipo multidisciplinar de doce personas, entre los que se contaban dos oftalmólogos, dos ópticos optometristas –Carmen del Pino, que ha participado en las tres expediciones, y Raquel González– y personal sanitario de apoyo para las cirugías. De acuerdo con el Gobierno y el Ministerio de Salud de Cabo Verde, la expedición oftalmológica fue acogida en el Hospital Agostinho Neto en Praia.

Allí, el equipo de Fundación Elena Barraquer ha devuelto la vista a 401 personas con cataratas, que llevaban diez, y hasta quince años, ciegas. “Es emocionante como, de un día para otro, cientos de personas pueden retomar sus vidas con plenitud sensorial y valiéndose por sí mismas. Ponemos nuestro granito de arena para hacer de este mundo un sitio un poco mejor para todos”, afirma Tete Ferreiro, directora de la Fundación Elena Barraquer. Sumadas a las operadas en anteriores expediciones, la cifra llega a las 1.600 personas que han vuelto a ver gracias a «Let your eyes enjoy».

Igualmente, Equatorial Coca-Cola contactó con colegios del archipiélago para que las ópticos optometristas de la Ruta de la Luz revisasen a niños y niñas de entre 12 y 18 años escolarizados en seis de las once islas de Cabo Verde, facilitó sus desplazamientos en avión y aportó personal de apoyo para el trabajo de campo.

En este caso, el fin era el de favorecer el acceso a la educación en plenitud de facultades visuales de los beneficiarios/as, y, gracias a ella, abrirles la puerta hacia un futuro mejor. En la misión de 2018, Carmen del Pino y Raquel González han llevado a cabo 500 exámenes visuales. Las voluntarias entregaron, in situ, hasta 40 gafas nuevas premontadas para compensar los defectos visuales más habituales, como la presbicia, puesto que también han atendido a profesores y cuidadores de los centros escolares.

Asimismo, la expedición se ha traído de vuelta 352 recetas con la graduación de otros tantos menores. Ahora, los talleres solidarios de la Ruta de la Luz las convertirán en gafas nuevas que serán entregadas a sus destinatarios en el plazo de dos meses. En total, e igualmente en las tres misiones ópticas, los cooperantes de la Ruta de la luz han revisado la vista de 1.500 personas, habiendo entregado, cuando se culmine la acción de esta última expedición, 750 gafas nuevas.

A su vuelta, las dos ópticos optometristas de la Fundación Cione Ruta de la Luz constatan que también en Cabo Verde se hace real la que los especialistas definen como una epidemia mundial de miopía. “Hemos atendido casos de nueve y diez dioptrías, algo que en los viajes anteriores no había pasado”, explica Carmen del Pino.

Ninguna de las dos olvidará a una niña, con Síndrome de Down, que nunca había visto nada que no fuera luz borrosa en sus ojos. “Cuando le pusimos la gafa de prueba, y por fin pudo enfocar la imagen de su madre, no podía creerlo. Todo lo señalaba y de todo quería saber el nombre. Ayudar así, con tu trabajo, te da una serenidad incomparable con nada que haya hecho anteriormente. Cada día vi cosas que me hicieron recapacitar y replantearme mi escala de valores”, concluye Raquel.

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